¿Será que me aceptan?
YO Y LOS OTROS
¿Será que me aceptan?
Por Kevin Mucharraz
Una fuente importante de
apoyo emocional durante la compleja transición de la adolescencia, es el grupo
de pares. Pueden obtener afecto, simpatía, comprensión y guía moral; es un
lugar donde experimentar y un entorno para lograr la autonomía e independencia
de los progenitores. “Es un sitio para formar relaciones íntimas que sirven
como ensayos para la intimidad adulta” (Jackie Robinson, 1995).
La influencia de los pares alcanza
su máximo entre los 12 y 13 años de edad y declina a lo largo de la
adolescencia media y tardía (Allen, Porter, McFarland, Marsh y McElhaney,
2005). Sin embargo,es poco probable que el apego hacia los pares en la
adolescencia temprana vaticine problemas verdaderos a menos que este apego sea
tan intenso que el joven esté dispuesto a dejar de obedecer las reglas de la
casa, abandone su trabajo escolar y desarrolle sus propios talentos a fin de
obtener la aprobación de sus pares y la popularidad (Fulgini et al.,2001).
A medida que se está en la
adolescencia, las pandillas (grupos estructurados de amigos que hacen cosas
juntos) adquieren importancia. Ésta se basa en no interacciones personales,
sino en reputación, imagen o identidad donde los jóvenes dividen el mapa social
con base en el vecindario, la pertenencia étnica, el nivel socioeconómico y
otros factores (Brown y Klute, 2003).
LOS AMIGOS.
Es cierto que los
adolescentes toman mucha importancia en sus amigos (ya que pasan mucho tiempo
con ellos). Además, qué en ese periodo, se tiene el miedo de “no ser
importante”. Sin embargo, se eligen a los amigos con aquellas cualidades que se
asemegen al adolescente (así como en la infancia) cómo son; actitudes y logros
académicos similares y niveles parecidos en el consumo de drogas (Hamm, 2000) y
pueden influirse entre sí ya sea hacia las actividades prosociales (Barry y
Wentzel, 2005) o hacia conductas riesgosas o problemáticas.
Los adolescentes empiezan a
depender más de sus amigos que de sus padres para obtener intimidad y apoyo y
comparten confidencias más de lo que lo hacen los amigos de menor edad (Berndt
y Perry, 1990; Buhrmester, 1990, 1996; Hartup y Stevens, 1999; Laursen, 1996).
Las amistades entre chicas son más íntimas que aquellas entre muchachos, con un
frecuente intercambio de confidencias (Brown y Klute, 2003). La intimidad con
amigos del mismo sexo aumenta durante la adolescencia temprana a media, después
de lo cual típicamente declina a medida que aumenta la intimidad con el sexo
opuesto (Laursen, 1996).
HABILIDADES SOCIALES (HHSS).
Monjas Casares (2000),
analizó detenidamente las funciones que se cumplen en la relación con los pares
para el logro de las HHSS positivas. Permiten el conocimiento de sí mismos y de
los demás; el desarrollo de conductas con reciprocidad (habilidad para apreciar
lo que se da y lo que se recibe), junto con el significar de liderar (en
ciertas ocasiones) o ver cómo lo hace el otro. La colaboración le permite
estrategias de negociación para los acuerdos. Autocontrol de su conducta, en
función de retroalimentación de otros. Rol sexual y aprendizaje de los valores
en otros.
CONCLUSIÓN.
La capacidad de intimidad se
relaciona con la adaptación psicológica y con la competencia social. Por lo
general, los adolescentes que tienen amistades cercanas, estables y sus tentadoras
tienen una elevada opinión de sí mismos, se desempeñan bien en la escuela, son sociables
y es poco probable que exhiban hostilidad, ansiedad o depresión (Berndt y
Perry, 1990; Buhrmester, 1990; Hartup y Stevens, 1999). También tienen vínculos
sólidos establecidos con sus padres (Brown y Klute, 2003). Parece obrar un
proceso bidireccional: las buenas relaciones fomentan la adaptación que, a su
vez, fomenta las buenas amistades.
https://encryptedtbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQDmXnxoxtruR0q1ODE8oAoYz5FODEX4Q123A&usqp=CAU.
BIBLIOGRAFÍAS.
Comentarios
Publicar un comentario